

Accesorios personales

MOCHILA WAYUU
La tejeduría es una práctica ancestral, símbolo de creatividad y sabiduría. Según el mito, la araña Wale’kerü fue quien enseñó el oficio a los primeros Wayúu. Desde ese entonces las mujeres conocieron las técnicas, aprendieron a tejer figuras geométricas denominadas Kanáas, que representan el entorno material y la cosmología Wayúu y transmitieron su conocimiento de generación en generación.

BRAZALETE MOPA-MOPA
La resina mopa mopa que constituye la base del barniz, se extrae de un arbusto que crece en el departamento del Putumayo, en la selva colombiana. Dos veces al año, la planta produce una pasta gelatinosa que, a través de un proceso artesanal de calentado, es convertida en una fina y delgada lámina (tela). Con las láminas de la resina mopa mopa tinturadas con colorantes vegetales se cubren las superficies de objetos de madera en forma de bellos dibujos, adorando, de esta forma, bandejas, platos, jarrones, cajas, cucharas, ceniceros, saleros, portalápices, sillas, cofres, mesas, bancos, etc.

COLLARES DE SEMILLAS
Collares elaborados en el valle del Sibundoy en el Putumayo, mezcla el trabajo tradicional de semillas en la elaboración de accesorios con la técnica más reciente del trabajo en chaquiras.
SOMBRERO VUELTIAO

Día a día, las manos artesanas del territorio colombiano trenzan y combinan fibras, manteniendo viva la tradición de sombreros con tejidos ancestrales. Como parte del vestuario de arrieros, indígenas, campesinos y gente de ciudad, el sombrero protege del sol durante largas jornadas y adorna, reafirmando la identidad cultural.
Es tejido con las fibras de la caña flecha, de las cuales algunas se blanquean con “caña agría” y otras se tiñen de negro con jagua, dividivi y cáscara de plátano.
Las hábiles artesanas trenzan dibujos o “pintas”, plasmando figuras con las que cada familia de tejedores se identifica. El sombrero crece a medida que la trenzadora teje más vueltas: a mayor número de vueltas, más fino el Sombrero Vueltiao.
BOLSO MEDIANO IRACA

Día a día, las manos artesanas del territorio colombiano trenzan y combinan fibras, manteniendo viva la tradición de sombreros con tejidos ancestrales. Como parte del vestuario de arrieros, indígenas, campesinos y gente de ciudad, el sombrero protege del sol durante largas jornadas y adorna, reafirmando la identidad cultural.
Es tejido con las fibras de la caña flecha, de las cuales algunas se blanquean con “caña agría” y otras se tiñen de negro con jagua, dividivi y cáscara de plátano.
Las hábiles artesanas trenzan dibujos o “pintas”, plasmando figuras con las que cada familia de tejedores se identifica. El sombrero crece a medida que la trenzadora teje más vueltas: a mayor número de vueltas, más fino el Sombrero Vueltiao.